Luz verde para el campo

Las cooperativas de La Pampa son las encargadas de conectar el servicio eléctrico a los campos pampeanos. Sin embargo, garantizar el servicio y mantener las líneas rurales les genera importantes quebrantos. Existe una iniciativa que se propone utilizar energías renovables (como la solar o eólica) para abastecer al sector rural.

 

La Pampa, junto con Chubut, son las dos únicas provincias argentinas donde el sistema de distribución domiciliaria de la energía eléctrica está administrado, mayoritariamente, por cooperativas de servicios públicos.

Son alrededor de 30 las entidades que distribuyen la electricidad en cada una de las localidades pampeanas. Y también son las que llevan la “luz” a las zonas rurales. Y es aquí donde existen problemas técnicos, logísticos y económicos que preocupan al sector.

Según un relevamiento realizado por la Subsecretaría de Cooperativa y Mutuales del Gobierno de La Pampa, dos de cada tres cooperativas de servicios públicos de la provincia ven como un “problema” la electrificación rural.

Las entidades explican que existen miles de kilómetros de cables y postes que se extienden en los campos y esto tiene un alto costo por pérdidas y por mantenimiento.

Graciela Tosso, de la COSERIA (Cooperativa de Electricidad, Obras y Servicios Públicos de Intendente Alvear), se animó a cuantificar: “Calculamos que todos los meses tenemos una erogación mínima de 150.000 pesos, aproximadamente, para mantener las redes rurales. Esto si no se rompe algún utilitario, o hay que reemplazar postes. Si eso sucede, los números se van por las nubes”, dice.

La dirigente señala que, si bien la inversión del tendido la realiza el o los productores rurales, mantener el servicio es una tarea de las cooperativas.

Distancia

Especialistas explican que la rentabilidad de la distribución de la electricidad se logra cuando las distancias son pocas y la cantidad (y calidad) de sus consumidores son es mucha. Mientras que en una ciudad en 100 metros de línea hay entre 10 y 20 consumidores (casas, comercios, edificios, etc.), hay líneas rurales en La Pampa de casi 1.000 kilómetros para un poco más de dos centenares de usuarios.

Si bien la ecuación es más compleja y no tan lineal (muchos consumidores generan mucha demanda y otro tipo de problemas), los beneficios de la concentración son elocuentes. Eso explica por qué, en la Provincia de Buenos Aires, sólamente EDENOR (empresa que provee de energía a 2.908.432 clientes en Ciudad de Buenos Aires y 20 partidos del conurbano bonaerense), EDESUR (otra empresa que distribuye a 2,5 millones de usuarios ubicados en CABA y 12 partidos de Buenos Aires) y EDELAP (compañía que lleva electricidad a más de 1 millón de usuarios de La Plata, Beriso, Ensenada, Brandsen, Magdanela y Punta Indio), concentran el 75% del negocio.

Detentan las tres cuartas partes del mercado y su extensión territorial abarca apenas un pedacito del país: solo en CABA y en algunos partidos del Gran Buenos Aires (allí donde existe la más alta densidad poblacional).

Otra realidad

En el país unas 600 cooperativas brindan el servicio a más de 720 ciudades y pueblos de 15 provincias. Distribuyen 10% de la electricidad consumida en Argentina y atienden al 58% de los usuarios rurales. Un pequeño porcentaje en una gran extensión del país.

En el último balance presentando por COSPEC (Cooperativa de Servicios Públicos de Eduardo Castex), surge que las pérdidas económicas de la entidad fueron de más de un millón de pesos, básicamente por problemas del tendido eléctrico. “Tenemos líneas eléctricas que están dentro de lagunas y vamos arreglándolas a medida que se retira el agua”, dijo Pedro Bobillo, gerente de la entidad.

La COSEGA (Cooperativa de Servicios Públicos de Gral Acha) administra más de 600 kilómetros de líneas rurales que le significan unos tres milones anuales de erogación, aproximadamente. “Mantener las líneas cuesta y con los incendios se nos complicó más”, dice Norberto De Cristófaro, dirigente de esa entidad.

Para Leandro Gallego, de COSYPRO (Cooperativa de Servicios Públicos de Quemú Quemú), el asunto es complejo. La entidad tiene una extensión de 970 kilómetros de línea para abastecer a unos 3.300 abonados de cinco localidades. “De ese total, más de 265 son rurales”, agrega. Con un costo anual de unos 4 millones de pesos, el mantenimiento del servicio eléctrico rural requiere mucha atención: “hasta un 85% de los reclamos vienen del área rural”, señala. “De todas maneras, creo que hay que hacer bien los números y analizar las alternativas”, aclara.

Pensar en las renovables

Y muchas de estas entidades solidarias en La Pampa se encuentran en un momento crucial: además de los costos del mantenimiento, deben comenzar a reemplazar tendidos por la vida útil de los mismos. “Estamos en un momento crítico del tema”, aclara Graciela Tosso. Gerente de la Cooperativa de Alvear, reconoce que de toda crisis se puede sacar ventaja si se aprovecha el momento. “Ahora nos encontramos con que, luego de 20 años de tendidos eléctricos, debemos renovar postes y cableado, y esos costos no estaban contemplados en la inversión inicial realizada por los productores”. La dirigente reconoce que en la cooperativa desde hace un tiempo están analizando la electrificación rural por medio de fuentes alternativas: “Para nosotros es una posibilidad que miramos con atención”, afirma.

“Además de funcionario, pertenezco a una cooperativa chica del interior de la provincia donde también sufrimos el problema de la electrificación rural”, aclara Claudio Gordillo, subsecretario de Cooperativas y Mutuales del Gobierno de La Pampa.

Por eso, explica el funcionario, se hizo eco de la preocupación de las cooperativas y desde su área se está trabajando para buscar alternativas “renovables” a la electrificación rural. “Motivado por cuestiones ambientales, como el cambio climático, la demanda del servicio y la posible accesibilidad a esta tecnología “limpia”, se nos presenta una oportunidad interesante para responder con renovables a la demanda de electrificación rural”.

Gordillo destaca que, además de otros beneficios sociales y ambientales, existe una cuestión práctica y económica que entusiasma. Hay equipos combinados de generación solar y eólicos que pueden abastecer completamente la demanda de un campo y tienen un valor final tres veces menor al tendido de una línea, aporta.

Mariano Iglesias colocó paneles solares y un molino eólico, baterías y otros elementos, en un campo ubicado a una decena de kilómetros de Intendente Alvear. El total de la inversión fue de, aproximadamente, medio millón de pesos. “Si la cooperativa y el productor hubiesen traído la electricidad desde la línea apta más cercana, el costo de la inversión hubiese alcanzado el millón y medio de pesos”, explicó.

Unos 50 productores en La Pampa instalaron sistemas combinados de energía (solar y eólica, básicamente). Con una vida útil de más de 20 años, se arman en pocos días y requieren poco mantenimiento. “En el primer año vamos a controlar los equipos, básicamente para calibrarlos”, explica el ingeniero Iglesias. “Luego, tienen un rendimiento óptimo y responden con alta eficiencia”. ((Suplemento ECO/Noviembre de 2017).


Sistema combinado

Tecnología disponible, rápido de instalar y con bajo mantenimiento, los equipos solares y eólicos son la vedette del momento. “Estamos instalando en toda La Pampa y zona equipos combinados solares-eólicos”, explica el ingeniero Mariano Iglesias. Paneles solares montados en rígidas estructuras, una torre que sostiene un generador eólico y una piecita para instalar el tablero y las baterías, es la estructura base.

Con la ventaja de que la distancia de generación y consumo es mínima, los equipos abastecen una demanda de hasta 5 kVA de potencia y valores de energía de unos 300 kw mensuales, aproximadamente.  Esto es suficiente para conectar una heladera, un televisor, equipos de radio y sonido, frezer, lavarropas automáticos, iluminación básica de la vivienda y hasta un aire acondicionado. “Todo depende de la inversión y también del manejo de la eficiencia energética”, aclara Iglesias.

En el mercado se venden equipos de unos $150.000 que abastecen una bomba para aguadas, hasta medio millón de pesos para campos donde tienen hasta un taller con soldadura eléctrica o equipos para silos. “La ventaja es que la inversión y los equipos se adaptan a la demanda y se pueden incrementar paulatinamente a medida que se requiera conectar otros servicios o equipos”, dice Iglesias.

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